jueves, noviembre 09, 2006

CRONICA DE UN DURO EXILIO-

1 crónica en un duro exilio.

 ¡Ya he caminado más de una hora!,de pronto, me encuentro hablando solo, quiere decir que la molestia, ¡me ha llegado hasta el caracú!
Pienso que, cuando alguien habla solo, es por que lo viene empujando desde adentro, ¡de bien adentro...esa cosa que...,a uno lo tiene cansado!, y, es necesario quitárselo.
 -¡he, diga!- ¿sabe si ésta..., ¿es La Belgrano...?
-¡No sé...?, Yo también la busco. Le contesté rapidito, me cortó el hilo pensador.
-¿vá pál Jilguero?
-Si...
-¡que vientito sea levantau..., diga...
-¡Si, se puso frío!-
-¿faltará mucho?, ¡que barbaridá!, ¡ni un cartelito!, ¡vamo a preguntarle a esa señora!
-¡Señora...,¿falta mucho pá la Belgrano?
-¡Es la que viene!
-¿Y, pal Jilguero?
-¿donde están pagando el Plan...?
-Si doña...
-¡aah, llegan a la esquina, y doblan a su derecha...y, caminan dos cuadras, y, ¡ahí está el clu!
-¡gracia doña...,gracia!, ¿vió diga?, la encontramos.
Agachamos las cabezas y con las manos en los bolsillos de las camperas, seguimos al tranco largo. Una cuadra antes de llegar, vemos el movimiento y la gente en los alrededores. En la Puerta del Club, "El Jilguero"; la gente remolinea entre vendedores ambulantes que ofrecen garrapiñadas, bolitas de fraile, churros, tortas fritas, y, los que anotan para los remises, los que ofrecen los planes para distintas asociaciones, los que reparten volantes para ofrecer sus mercaderías en los puestos que se han agrupado dentro de la cancha de futbol, los que...
-¿vió diga?, ¡cada día má grande...,¡parece la feria de La Salada...,¡hay de todo!
-...y, sí... Mientras respondo miro a mi compañero. Veinteañero. Le sonrio, no ha dejado de hablar, y he estado medio cursi, no he estado a su altura. Casi no he respondido a su charla. Parece que a él, no le importó, o no se ha dado cuenta, o...
-¿Sabe diga?, ¡vamos tarde, ¡mire la cola...! -¡Yson las Diez y media...! -¡Y de aquí nos vamos a la do!, diga.
Miramos para los costados y vimos llegar a la gente como racimos,¡apuramos el tranco, nos colocamos en la cola! La gente llega abrigada. Hace frío. Y la llovizna ha comenzado nuevamente, finita, casi no se nota...,¡pero moja! Estamos sobre la vereda de baldosones de cemento que rodea al club. Miro la calle, el barro chirle la cubre de lado a lado. Los autos pasan despacio, la gente les grita a sus conductores para que no salpiquen. Uno, delante de nosotros grita. "¡Chee, ¿¡porque no hacen un piquete, ¡ayá!", y señala con la cabeza la esquina.
-"¿Y porque no hacé la punta...,que te quedá ahí. ¡Con la manos en el bolsiyo no se manda!" - Le responde otro.
De distintos lugares le llueven repuestas de ese calibre. El hombre sonrie. Y muestra su boca desdentada. Tiene las manos en los bolsillos de una vieja campera y cubre su cabeza con un gorro, con la visera para atrás.
No se dá por enterado y zapatea para calentar los pié que los tiene dentro de unas zapatillas, donde, asoman las punta de los dedos grandes y, muestra unas uñas...,¡negrisimas!
 La gente se inquieta, por que la llovizna arrecia y aplaude, y grita.
Los muchachos de la delegación, los del Plan, se mueven nerviosos. Tratan de ordenar a los asistentes y deciden ponernos debajo del tinglado. 
-"¡dentren,¡dentren...!,¡en órden!, ¡en órden!, ¡como van en la cola...!"- Gritan a voz en cuello.
Miro el número que me entregaron al pasar por la puerta y veo, ¡870..., y por los que faltan entrar, calculo,mil trescientos, mil cuatrocientos, más o menos.
Me distraigo mirando a mi alrededor, y me supera la imaginación, parece una feria donde se excibe a "La Pobreza" ¡en su genuina representación!
Caras tristes lavadas, amargadas, sonrientes, vivarachas, especuladoras.
Las ropas al estilo del bolsillo. Nuevas, flamantes o viejas, ¡y con miles de colores y combinaciones!
Se parece a una exposición del rebusque! ¡Todo vale y nada está fuera de lugar! ¡Cuerpos tentadores! ¡Bien pechugonas! ¡Eso si, sin siliconas! Los pantalones ajustados que señalan nalgas pulposas,¡sobresalientes!, ¡o achatadas, como si hubieran crecido a lo ancho!
Una mujer me pregunta la hora. Antes que responda... ¡Cien voces le dijeron...¡Las doce!, ¡las doce...las doce!
 -¡Las doce...! Agregué, ella esperaba mi repuesta.
"...Y por lo menos, falta una hora para que me toque el turno" Gritó la mujer a sus amigas.
He perdido a mi compañero. Y la gente habla y habla y habla. ¡Sin cuidado!, como los que están a mi lado, pegaditos y pechandonos. Cada vez que alguien se mueve o quiere pasar, debemos achicarnos, y nos apretujamos mimosamente.


De pronto, el que está a mi lado, casi metiendome el humo en la cara junto con el aliento, les comenta a sus amigos; "¡lo ví..., justito doblaba por casa, en un Laguna blanco, ¡nuevito, flamante! ¡Joya!,¡y tiene ese y la cuatro por cuatro! ¡Y tiene guardado en la casa de mi tio, un Sierra!"
 -¿y a cuanto los vende...?
-y a 500 o 600...!
-¿y vo, vendite el tuyo?
-¡Noo, le quiero hacer lo papale...!
-¡tené cuidado, que, el que hace lo papele en el barrio, pertenece a la gorra...!
-¡sshhh, ¡ya lo tengo junau, por eso toy tranquiliito. -¡mi primo me vá a coneta con uno...!
-¡Cheee, ¡¿lo agarraron a tu pariente...?
-¡sii, el gil, se asutó!
-¿y como fué?
-...y abrimos una casa de ahí cerca.¡No yevamo todo!, entonce, el yebava una TV y una compu, y, ¡se había metido la cadenitas de oro y otras chucherías en los bolsiyos, y yo y el Issmaél, ¡ibamos recargau loco!, y, ¡justito, justito...!, ¡do patruyeros!, nos quedamos quietitos, ¡ibamos por el medio de la caye! ¡Lo canas se volvieron a todo trapo!, y, Yo largue todo y corrí, y lo veo al ismaél que corría pá el otro lau, y el gordo, ¡se quedó parado!, largó la TV y lo otro, ¡y lo patruyero lo pasaron por arriba!, ¡el; que lo yebaba con tanto cuidau! ¡Lo canas lo hicieron de goma!, ¡la aplastaron a la TV y la compu! Yo me metí por entre las casa, y, una señora me dijo... "¿que te pasa...?", ¡justito me agarró saltando las rejas...!
-¡me sigue la cana!- Le dije. Y eya me dijo... -"¡dale, corré por ayá..." -me dijo, y señaló un caminito, salí a otra casa, y, ¡de vuelta un chabón!, -¡me vió cuando estaba saltando...! -"¡heee, ¿que pasa...?" - me dijo. ¡Y yo le dije, ¡me persigue la cana...! -"¡dalee, ¡saltá pà ayá y corré pà quel lado", -me dijo...,y, ¡sali loco!,¡salí!
¡Entendí perfectamente que hacían los muchachos! Y ya estaban prendidos todos los de alrededor en la charla. Y, como un convite al ego...,empezaron a contar sus aventuras delincuenciales.
Me corrí despacito, como para no distraer. ¡No me cabía el asombro, ni a ellos la discreción! ¡Nos salpicaba y ensuciaba el mismo barro!


Me alejé unos pasos y me subí al observador, al mangruyo de la vida y poco a poco me puse enfrente, digo, desde la azotea intelectual nomás, ¡y me miré! ¡La pobreza nos uniforma!, nos vá tiñendo con un gris fumee, y nos dá contextura y aroma. Me dije, pensativo y tristón. Me miro en esta pobreza, en esta consecuencia de los tejes y manejes de los que nos han sumido en la decadencia, ¡nos embarcaron a todos en la crisis, que nos quitó el trabajo!


 Sacudo la cabeza. ¡No quiero pensar como un exiliado. ¡Eso fué! ¡Ya soy del barrio! ¡Ya estoy con todos haciendo la cola para cobrar el Plan!, y llenando los huequito del espacio bajo el tinglado que nos cobija de la lluvia... Y un poco del frío.
¡Ya pertenezco al medio! Escucho que se rien, hablan con voz alta, se hacen bromas y cargaditas de todo tipo. Se envían saludos, mensajes, ¡a dos metros de distancias...por celulares! Y al tomar confianza y pulsar al que tienen enfrente, se citan para la próxima vez. ¡Simplemente, por recaudo y proponen...! -" la próxima, cuando vengamos a cobrar...,venimos juntas porque, no quiero salir sola, ¡por las dudas...¿vistee?, ¡a la Antonela, la abrazó un chabón, le puso un cuchiyo en la garganta y le tuvo que dar todita la plata!, ¡así como la retiró de ventaniya! "


¡Alerta!, ¡alerta, me susurra la prevención! Y hago lo mismo. Sonrío, y comienzo a mirar alrededor, busco una cara confiable, miro para donde estaban los muchachos de los coches, tienen pinta de chicos buenos. Los tres o cuatro del grupito visten con ropa deportiva, zapatilla de ciento y pico de pesos, ¡toda la platita del Plan no le alcanza para comprarlas!, se me ocurre, y todos, con los gorritos dado vuelta, con la visera para atrás.


Me tocan el brazo. No me sobresalto, ¡no!, no es tiempo ni momento.
-¡diga, ¿quiere...? Y me pone una bolsa de papel cremita, ¡llena de churro! frente a mi cara.
-¡agarre diga!-
Meto la mano y saco uno. -automático- A mi lado, atráz, adelante y más acá y más allá, ¡casi todos, comiendo algo! Los vendedores se están haciendo el agosto. El que no come, fuma o masca chiclets... Otros, tienen escondidos entre las camperas un cartoncito de vino, o una petaquita. Y el ambiente se entibia con la despreocupación, la charla animada, las risotadas, los comentarios ruidosos, los chistes y cuentitos, los chismes y planes y proyectos, rapiditos, practiquisimos...,y cargaditas con doble sentido.


Levanto la mirada por sobre las cabezas y escucho;  parece que estuvieramos en una gran pileta, como si fueramos langostas, depredando dignidades.
De cuando en cuando, una cara preocupada parece escapada del loquero, o, espantada por haber llegado a...
Miro para otro lado para no contagiar mi pensa miento. Ni quiero pensar en claro, ¿para que...?, los -ciento cincuenta mangos-  son una niebla espesa, no me deja avanzar.


-¡mire diga...!, lo miro, él también quiere hacer algo y "rajarse del plan", me dijo. Ahora me muestra el número para el turno. Y agrega, -¡temo atento, que ya no toca...!
Mira su reloj. -¡la una diga!, ¿y...?, -¿que le dije diga...,salimos a las do...! Me está mirando, estudiandome de reojo. Lo observo también con el rabillo. ...diga, ¿salimo junto...?, por la dudas...¿vió?
-¡hecho!
-su impección instintiva le marcó "positivo". Y a mi la suya.
-"¡del oocho seteeentaaa al ocho ocheeentaaa...!-¡del ocho seeteentaaa al"
¡Nos atropellamos con los pibes chorros!, me sonrien. Y como secreteando me advierte, -¡ojo jefe...!, salga con alguien, -dicen que están afanando...
¡Me quedé con la boca a medio cerrar! El joven lo notó. "...no se le vaya a dar por ir a comprar en lo puestos...,ahí está la cosa..."


¡Cobramos con mi compañero -diga- y nos tomamos un colectivo! Llegué a mi barrio y empecé a caminar por las vereditas, ¡llena de barro, cascotes apisonados, baldozones, ladrillos y piedras y lajas! Cada veredita hecha como se puede, como se pudo. Y con lo que se tuvo. Llegué a la casa donde vivo.


 Está a medio terminar.-¡bah!, ¡que digo!, ¡a medio empezar!
Llegamos hace cinco año y pico atrás, cuando me quedé sin trabajo. Cuando se fué la empresa en que trabajaba. Y nos vinimos para el barrio, achicando gastos, es decir, para que nos alcance la plata para vivir..., porque, solamente nos quedaba el sueldo de mi mujer, había que reducir los costos, los gastos, entre ellos, los servicios. ¡Había que pucherear y alquilamos!
¡Lejos de los lugares conocido...,y de sus gentes! "Nos quedamos fuera del sistema", y encaramos pál exilio.-¡auch!


 Mis hijos salen contentos, ¡corriendo a recibirme! Son cuatro, dos mujeres y dos varones. ¡Me saltan al cuellos, a los hombros, a los brazos!, están contentos, ¡contentísimos! -¡paapii!, ¡paapii...,¿ cobraste papá...? ¡Cobraste paapii...?, y me muestran un papel. -¡paapii, aqui tengo la lista...,pero, si pagamos todo y compramos todo lo que pensamos y pusimos aquí, no nos alcanza paapi! ¡Aquí sumamos ¡trescientos noventa paapii! Y con ciento cincuenta...?
-Y, vamos a tener que descontar algo, o, ¡no pagar el teléfono, o, la luz! Propone la más chica.
-¡No, corrige la más grande, vamos a tener que comprar menos fideos y menos arroz..., porque si no pagamos el teléfono, no nos vá a poder llamar Cachito...,y sin luz, no tenemos televisión...
-Entonces borremos las zapatillas de papá...
-¡no!, ¡no vé que ya se ven los dedos neenaa?, más vale no compremos jabón de lavar ni la pasta para dientes, ni el champú...
-¡no...!.
-¡no compremos carne...!, que con eso de la vaca loca...
-¡No, ¡no compremos la leche!
-que la caja ya cuesta como 12 pesos. Así, mientras ellas van opinando para la redución de las compras, otro me piden la plata. -¡papii, ¡a ver...,dame el dinero para contarlo..., quiero saber si te dieron justo...!
-Bueno, ¡contalo vos, y después lo cuento yo!, pero, ¡no los arrugue...!


Son los más chicos. Les doy el dinero, y comienzan a contar. Entramos a la casa. Ellos se ponen alrededor de la mesa del living-comedor-cocina y otros cortes arquitéctonico, aunque, los "arquitectos" todavía no concursaron en bienal alguna.


Miro a mis hijos, me hace cosquillitas la panza. Sacudo la cabeza y, los observo, los varones con el pelo largo, desgreñado. -¡duro...!, las caritas medio sucionas, y la ropa gastadita. La nenas igual, el cabello grueso, descuidado. Llevan pantalones y zapatillas, que las cuidan al mango.
No conocen la Peluquería.
La pobreza nos absorvió. ¡Nos chupó! ¡Nos chupó hasta la voluntad!


Miro a mi alrededor, las camas revueltas, ropa por todos lados. Sobre los respaldos de las sillas, sobre los sillones, sobre las camas, sobre los muebles. ¡Y las vajillas amontonadas en la cocina, y arreglada a lo que te criates! Pero, parece natural.
Nos acostumbramos a mirar mansamente. ¡Aceptamos la condición del medio!, ¡de tal forma nos ha condicionado el medio, que...,¡no tenemos bidet!
Nos lavamos el culo con agüa que ponemos en un balde y usamos un jarrito, para echarnos el agua..., haciendo unos malabares de contorsión que...! ¿Y bañarnos...?, ¡ni que decir...!, tenemos el chorro y agua fria, y, como la garrafa cuesta muy cara,¡nos bañamos una vez por semana! Calentamos agua en la olla grande, en esa que cocinamos, y a veces, salimos con olorcito a guiso.


La ropas nos dura también una semanita, sin cambiarnos y la llevamos sucia en el cuello, en los puños, ¡y por todos lados! ¡Más Yo!, ¡los calsoncillos negros!, y mis nenes y las nenas, ¡ya ni sienten la molestias de la suciedad!
¡Con el frío, el olor, pasa desapercibido!, el asunto es en el verano, bueno; también es más fácil el baño, ¡es otra cosa!, pero en invierno, con frió y poca comida, ¡es como que te gana el desgano! Se te acurruca la voluntad en algún rinconcito, buscando el calor. Los gritos de los chicos me distraén.
 -¡paapii, no compremos la garrafa!, ¡vamos a juntar cajones y listo!


 Después, viene una larga discusión por la comida que debemos hacer, para abajo y para arriba, siempre terminamos en, fideos, arróz, polenta o lentejas.
¡Bueno, siempre me toca cocinar! Mi mujer no está. ¡Ella trabaja! ¡Ella! Ella trabaja desde que vinimos a este barrio, ¡ella es la que salva los garbanzos desde que se fué la empresa y quedé sin trabajo!, y después, llegó la insercción en el ceno de la pobresa.


 ¡Recién hace unos meses vino ésto, lo del Plan...! Puse mi orgullo en una cola entre altas llamaradas que lo quemaban, y una vez por mes tengo que incinerarme en una enorme cola!, ¡larga fila!, ¡y a esperar con dos mil y pico de persona a que llegue el camión con la platita!
Y allí, por unas horas parece que estuvieramos en un campo de concentración, a la espera de los alimentos, como en esos lugares, esos que cuentan los diarios, o las revistas, esos que se vé en las fotos, los campos de refugiados, esos del acnnur.


¡Con cinco años entre miserias y sin trabajo, me he acostumbrado a codearme con la dejadez!, ¡física y de la otra! ¡Aquí no existe la dignidad, ni la verguenza, ni el que dirán! Ni la ética ni la estética creativa, ni el respeto...
¡El mismisimo respeto por uno! ¡Por el yo! Que soy yo, ¡el mismo que viste y calza! Bueno, a ojos vista no se vé ¡Nada!, ¡nada de eso!, pá mejor, por los medios nos han bombardeado con eso..., de, los derechos humanos, y nos piden que delatemos y descubramos a los picaneadores, y, han pintado a todos a, los que hay que escrachar pá mantener viva a la memoria.
Hay que idolatrar a los guerriyeros y nos mandan al frente contra los canas, y no hacen jugar a la mancha con la ciega, y nos dan manija con los jueces, y contra los militares. Hay que destrosar al ejercito, y a los políticos, y a los que tienen plata y, que hay que apoyar a los piqueteros y usurpar y quitar empresas y recuperarlas para los pobres, y nos embroyan por la tele, ¡y queseyó y quese cuanto!


 Entonces, a raiz de esto, los muchachos se chorean los bronces, ¡hasta los escuditos que homenajean a las provincias en la avenida 9 de julio!, asi dicen los de la radio. ¡Y todas las placas que se encuentren de proceres y de instituciones..., se llevan los aluminios, las chapas, los caños de los refugios!, ¡cualquier cosa que sirva pá vender!


Los ladronzuelos han hecho causa común con los medios, por eso, se corrió la bola esa: "-cuando tengas un hecho, y si te cazan, ¡llamá a los medios!, y no te entregues, hasta que estén con lo reflectores y la filmadoras enfocandote...No te ensartes, a eso de los diarios no vayas, por que eso, ¡escriben pá el otro día! ¡Vó tené que hacer el ilícito y con el número en el celular de lo muchacho periodista de la tele, ¡apretá y listo! Acordate quelmauro y elfiman no te fayan. Vó visste, eyo negocian por vo, una mano lava la otra...,nosotros le damo la primicia y eyos, no cuidan lasspalda"
Aquí, los valores, tienen medidas especiales. ¡Varas distintas!, que se manejan de acuerdo al momento, al acto, ¡al hecho!


-Hasta digo...-hecho.
-¡Me he contagiado el vocabulario y todo!
-"aquí se camina apuradito diga, y al cruzarse en las cayes, si no son vecinos, no se levanta la vista para mirar las caras, porque, ¡si te he visto, no me acuerdo!, ¿vió...?, ¡por esas cosas, porque sinó, uno pierde la confianza en lo del barrio! y, ¡lo de afuera son de palo!, ¿viò?"


Entonces, me acuerdo que..., llegamos un día, cuando el sol se estaba escondiendo entre las casas a medio construir, ¡y justito lo miro cuando se perdía entre los techitos de chapas de cartón, o de cinc, ¡llenito de trastos!, que después supe que estaban allí, ¡cumpliendo la misión de "peso" para que no vuelen las chapas!
Las casitas con un montón de fierros que sobresalían, esperando que se terminen las paredes, empezadas y sin revocar, mostrando ladrillos huecos y de rafa. Otras, mostraban maderas cubriendo huecos o en un intento de armar otra piesa, "¡todos hechos de a poco!"


Me sobrecogió la maraña de cables, prepeando enredados y, antenas que se superponían. Tanques y tanquecitos y cañería de todo tipo, desde plástico a caños galvanizados, algunos para el agua, otros para el gas...¡unos eran de goma y otros de bronce o de plástico!
Se me encogió el corazón y me agarré fuerte de los muebles que llevabamos en un camión con caja descubierta. Viajaba sentado sobre una mesa y no me dí cuenta de los árboles, un poco más, las ramas, ¡me sacan la cabeza! Pero, me rebanaron el asombro, nada más.


Mientras me sarandeaban los barquinazos, miré los patios, llenos de cosas en desuso y parte de demoliciones, arena, piedras, ladrillos, puertas, gabinetes de heladeras, ruedas de bicicletas, caños, tirantes, chapas viejas y...cosas y cosas y cosas recogidas en las calles.
¡Y bajé la vista a las cunetas y ví el agua que corría, indolente, sucia, ¡negra...! ¡Nauseabunda! Aguantadero del dengue.
Al meternos un poco más, aparecen autos descascarados, ¡desvensijados!, arrimados a los cercos, o dentro de los patios o sobre las veredas, ¡como escondiendose del chatarrero!, y chicos y chicos y chicos, gritando y corriendo, ¡gambeteando entre los perros!
¡Muchos perros!
El camión seguía despacio, sorteando los pozos, pocitos, y huellas profundas.
A medida que avanzaba, buscando -nuestra casa- me achicaba en cuerpo y alma. ¡Se estrujaba el espíritu, y me envolvía la angustia.
En la cabina iba mi mujer con los niños, el conductor aminoró la marcha, pasamos la esquina y se detuvo. ¡Nadie se movió! ¡Nadie bajó! ¡Ni yo!


 Ahí estaba -nuestra casa- ¡como las otras! Construída atrás, dejando la mayor parte del terreno libre al frente. Me distrajo un pedazo de tela que se agitaba indolente, puesto en un hueco para cubrir un espacio sin techo. Y las chapa de cinc con enorme piedras sobre las mismas. También, como las demás...con los hierros asomando, pidiendo que le coloque lo que le falta, y, ¡los cables!, los cables entre cruzados, sobrevolando las chapas del techo, metiendose entre los huequitos y abrazados o enroscados entre caños, o mangueras de goma, para cubrir...el contácto con los otros materiales.


¡Me explotó un flash que me puso en presencia de una silla eléctrica! Subí la mirada, vi un tanque para el agua..., quieto, como espiando, asediado por caños de plásticos que subían a su boca. De allí, miro al patio, descascarado, de cemento y maltratado. ¡Y choco con el herrumbre de las puertas que cubren desfachatadamente la entrada!


Bajó el chofer desperezandose, mirando para todos lados. Mi mujer abre un candado de la puerta de la cerca. Y después, comenzamos a descargar, ante la mirada de pibes, de perros, y de los grandes que espiaban, apenas asomándose detrás de puertas y ventanas.


El camionero nos entregaba las cosas con cuidado, de acuerdo al cálculo de nuestra capacidad física, aunque, no se si tenía en cuenta que el alma pesaba, pesaba... ¡No me quiero acordar más, ¿¡para qué...?


 Hoy, cobré. Y ya sé que no alcanza para nada. No alcanza, y "¡no hay pique...!" -dicen los muchachos- Entonces, cuando hay Junta, cuando, en las esquinas nos juntamos, las insinuaciones son al por mayor. "¿y, si nos hacemos una changa...?" -las changas son esas, ¡quedarse con lo ajeno! Acercarse a un barrio pudiente y sacar algo pá vender! En mi barrio cada dos o tres cuadras están los que compran plomo, bronce, bochas de heladeras, cartones, diarios, medidores de gas y otros muebles, y; ¡todo los que uno traiga! ¡No se le mira pelo ni marca!
Después, están las ferias, donde uno se instala con la mesita y, ¡vende lo que venga!, ¡pieza por pieza!
Es el sector -desguace y polirrubro- ¡y al menudeo! La feria de San Telmo,¡Un poroto!
Aquí aflora otro tipo de arte. El arte de vivir. -las piezas antiguas o de colección, tienen otros valores que los pone la necesidad, ¡el hambre que cada vendedor ocasional deba contener en su casa!, y como decía mi abuela, ¡el hambre tiene cara de hereje!
Entonces, un jarrón de cristal de Praga, "es un coso de vidrio...", ¡y te dan dos por un peso!


 Bueno, a veces, ¡estoy tentado por acompañar a los muchachos...!, me está empujando las zapatillitas rotas y la ropa de los nenes, las ganas de un baño caliente, los útiles, esos libros que piden, y poder viajar tranquilo...sin andar esquivándole a los guardas, a los controladores, o mesclado con los piqueteros, y deseo, ¡anhelo poder dormir!, dormir, dormir..., sin pensar en el pan de mañana, o..., ¿¡que les hago para comer...?, si, ¡no queda nada, de nada, de nada! Ni pan duro.


¡A veces...,¡quiero volver a salir con los zapatos bien lustrados!, ponerme ropa limpia, ¡perfumada!, ¡bien planchada! ¡Volver a ser cristiano!, de esos que... tienen la gracia de vivir con las necesidades cubiertas, ¡como dios manda! ¡Ser un elegido de dios! ¡Comer un bife con huevos y papas fritas al medio día!, ¡otro a la noche..., y al otro día y al otro... Todos sentaditos a una mesa... despreocupadamente!
Y charlar y charlar, ¡y sacar el cuero a troche moche!
Y, aúnque más no sea, un buen desayuno, como dicen en la radio...o en la tele, -con yogurt, medias lunas, café con leche, dulces, huevos revueltos, ¡mermeladas y manteca...!, ¡hummm, se me hace agua la boca y mis hijos ya se han olvidado del color de la leche!
Mis hijos, cada vez que escuchan como desayunan ellos, los de la radio, o en la tele, ¡tragan saliva!, ¡y eso...!, empuja, empuja, empuja...


¡Quisiera ponerme una camisa a la mañana, otra a la tarde,¡nada más!, y, ¡un pijama!, ¡un pijama para dormir como un señor! ¡Ya no más dormir vestido!, y levantarme y andar todo el día, y volver a dormir con la misma ropa! ¡Más ahora...con el frío!
¡A los chicos no les permito sacarse las camperitas! las cobijas son pocas..., y no hay para remedios, ¡ni...para llegar de apuro al hospital! ¡A más...,por los agujeritos de la casa, ¡el aire entra como chijetazo! y mi madre, ¡siempre decía..."cuidado con las corrientes de aire...mirá que si te agarran, ¡te mandan al hospital!"
Por eso, ¡cuido el detaye!, me levanto por las noches, ¡y voy tapando a los que han pateado las frazadas!, ¡le tengo terror a la tos...!
¡Cuando escucho toser a los niños, pego un salto y...quedo de guardia para taparlos!


He leido en los diarios, y, he escuchado por radio que...,otra vez, ¡anda la tuberculosis...!,y si un vientito te agarra mal parado, y con poco morfi...¡no contás el cuento!
¡Y si no te agarra esto...te agarra la desnutrición!


 Los otros días charlando con el muchacho de enfrente, me dijo, mientras se sobaba las manos, ¡hacía un friioo, entonces me dijo, "¡menos mal que yo duermo con el Pancho y la Antonieta"
-¡tus nenes...?. Le pregunté.
-¡Noo!, me dijo, mientras me señala al perro y a una perrita. -"¡eyos me calientan bieenn...¡que de sinó!, ¡me muero de frio!"
¡Ahora pienso que los perros no sobran!


Hoy es jueves 22 de mayo, estoy en la Salita. Quiero saber si es posible que me atienda un pediatra a los nenes, quisiera que me le haga un chequeo...se me ha dado por saber, ¿que grado de desnutrición, o en que medida están afectados por la falta de alimentación idonea...? Mi mujer me ha dicho, -¡no seas iluso...si los ven parados y corriendo...!-
¡Igual, estóy en La Salita!. ¡Está llena la Salita! ¡No entra ni un alfiler, ya estoy acostumbrado a esperar apretujado, y entre gente con las mismas condiciones!
Sin poner atención en -los detalles- total,¡somos del barrio! Aquí se espera el turno con la bolsa de pan, con la bolsa de la verdulería, con las compra del kiosco, ¡y charlando y charlando y charlando!
Y, sin asombros por los portillos, portillitos y portillones. Nadie se da por enterado por la falta de las piezas dentales del que está enfrente o, las suyas.


¡En el barrio se sabe todo! ¡Hasta la hora de visita del -pata de lana-!
Cuando me llegó el turno, la señora "recepcionista" me preguntó, sin levantar la vista de una planilla.
-¿porque asuunnto...?
-...y quiero que los vea el pediatra...!
-¿yy, que tienen los nenes...?
-¡Noo, yo quiero saber si la alimentación...!
-¿No estan enfermos...?
-¡No, pero yo...!
-¡No, ¡vaya al hospital, pero no a la guardia! ¡Pida turno...y vaya temprano, a eso de la media noche...que sinó, no vá a conseguir turno!, y el turno se lo van a dar para dentro de dos meses...así que vaya sabiéndolo, ¡eh...¿quien siguee...?


Sali cantando bajito y los chicos a los saltos.
¡Mi mujer...ganó! Mis hijos, todavía disfrutan del cobro. Están contentos. Les he dado para comprar caramelos...¡veinticinco centavos a cada uno!
Eso, le alcanza para...¡cinco caramelos para cada uno! Ya han aprendido a comprar, primero preguntan al kiosquero, ¿cuantos caramelos me vende por...veinticinco centavos?


¡Los miro!, ¡han crecido...o están creciendo en este medio!, y me detengo a mirarlos. ¡Ya están mimetizados! ¡Ya tienen el olorcito y colorcito del barrio...gris, marroncito, oscurito, como la tierra!


 El agua de pozo, de la bomba, les ha descolorido el pelo, ya los tienen medio...con ese color a azucar acaramelada, entre rubiona desteñida. O como el arena mojada. Otro medio rojiso, y los colores se expresan en distintos tonos. ¡También la piel! Se les vá...percudiendo, ¡como la ropa!


La ropa se pone negroide. Se les acumula la tierra y se ennegrese.
La piel, es algo parecido. ¡A más...el olorcito, impregna, es la tinta del sello! Van tomando un colorcito, desigual. ¡Unas partes más negritas que otras! Y se les pone áspera y con un montón de irregularidades epidérmicas. ¡Y claro!, ¿como no ván a tener la carita desteñida, si; solamente por las mañanas..., les paso dos dedos por los ojos, con agua tibiecita. ¡Y esa es...la lavada de cara!
Luego, les mojo un poquitín el pelo, como para que no se les quede parado...¡Hace frio cheee!
Entonces, la tierrita en las otras partes, se acentúa, y se introduce en los poros y, y, es como...una partecita herrumbrada, queda más negrita, o, marroncita.
¡Lo mismo que a la rropa...se las vá lavando perezosamente, y queda siempre algo de tierra, del negrito de la suciedad. En el cuello, en los puños, y...en otras partes, y; al plancharlas, es como si, ¡sellaramos la mugre! ¡Mugre y plancha hacen un proceso de...percudir. Es decir; la ropa se pone negroi, con las mugre planchada.


¡Estoy hecho un experto! ¡Ya puedo ser consultor! Claro, el agua sin ningún proceso, tal cual sale de la napa...se la usa...¡hasta para tomar! Y para el lavado...,¡destiñe las prendas!, ¡y valla a saber lo que hace con nuestro organismo!, ¡ni pensarlo! Es decir...si, lo sé. ¡Pero niego que estoy tragando agua contaminada con caca! Y al pensar en mis hijos, la conciencia me aplasta hasta el último vestigio de la voluntad y me quiebra la razón.


 Hoy es viernes 23 de mayo. ¡Ultimo día de clases!, -de la semana- los chicos han llegado buscando con la mirada...algo para comer. ¡Y van a la bolsita de pan! -empiezo a pelearlos- ¡Chicos...dejen el pan, para acompañar la comida...asi, se llenan bien...!",por que, eso de comer arroz y fideos todos los días ...cansa. ¡Me cansa a mi...!
Después de comer, viene la sección, televisión. ¡Otra pelea!
-¡Chicos! ¿no tienen nada que hacer...? ¿Tienen deberes...? ¿Tienen tareas...? Trato de interrumpir de todas formas. ¡Primero la escuela!, ¡gran problema gran! ¡Bien capicúa!, por que, hay que estar arriba de los chicos...por que, ¡sinó...la educación es muy ligerita...ligerita.


Y entre la tele, la escuela, y el medio, te instruyen y te educan pá corredor de liebre. No de bolsa.
Nunca se me hubiera ocurrido, que sería un expectador, sentado frente al aparato con mis hijos, para enterarme de las vidas y milagros de los que pululan en el medio, y cuidar que las nenas no pretendan seguir el camino de esa que promueve para su hija de catorce, maridos grandes, y se desnudan juntas. Así, les embardunan la mente... y las mete en el pozo, donde las sanguijuelas les chupan la pensadera, y las tiene blanditas para la fiesta, ¡bien de gala!
Con esta tele, nos embriagan el intelecto, nos embroyan la identidad sexual, nos hipnotizan, nos seducen, nos explotan y nos someten.
Nos sentamos a mirar, como eyos nos hablan de los otros eyos, y nos meten en sus cuitas y sus depredaciones y sus huecos, y sus miserias. Y me aguanto 10, o 12 horas de cumbia viyera...pidiendo; -¡a ver ¡a ver...¡los pibes chorros!, ¡que levanten las manos...! ¡Y el que no salta es un policía!


Y después, las películas en las carceles, que los transforma a los delincuentes en...heroes y, poraí, te salen los pibes que quieren ser...tumberos, ¡y se llenan de tatuajes! Ya estamos meta droga, meta droga...que ellos le dicen... vitamina, y nos van trasmitiendos con sus gestos, las ondas de la mimetización...y los chicos la cachan, ¡más rápido que chatear!


¡Bah, ¡no pensar más, no pensar más, no pensar... ¡Estamos en el medio de la vida...¡Si no nos aplastan los políticos, ¡nos aplasta la tele voluptuosa! Y la desnutrición intelectual deambula enclenque, enfebrecida, decadente, ¿que más...?


 Estamos completitos. ¡Aparte, esos programas nos juntan la cabeza todos los días pá los premios que engordan la yamada telefónica!, después, ¡todos, todos eyos van a disfrutar de sus virtudes...!
Comen a lo grande, ¡en restaurantes de primera, y bailan y joden y joden!, después, al otro día, ¡nos muestran sus avances y toqueteos sexuales, eróticos y de otros estilos!
Y con la señora que los invita para almorzar con champan, promosiona a las luciernagas de la decadencia, lo bichito de lúz que juegan con luna yena y lobizones, ya estamos sometidos la educación a distancia... porque, como dijo -el presi- donde se toca...salta pú. Y la pobreza es la pú, pá los de la babel que nos muestran por la pantaya chica. ¡Viva la pepa!-¡viva la pepa viva!, ¡viva...!


A nosotros, solamente nos promueven las piqueteadas con almuerzos de oyas populares... entonces, en la pantaya chica nos muestra el noticiero.


 Hoy es sabado...24 de mayo. Anoche, como no podía dormir, pensaba que, ¡somo los único que pagamos de cualquier manera...para ser diciplinados!
¡Es decir, ¡pagamos para que nos desfiguren a palo, con todas las estructuras intelectuales que se les ocurre! Y nos hacen los reyes de la solidaridad, ponemos un cachito con la luz, un cachito con el teléfono, un cachito con el agua, un cachito en los alimentos, un cachito con las patentes, un cachito pá la deuda externa, un cachito con los...¡y un cachito y un cachito y un cachito!
Impuestos. Impuestitos, e impuestazos. ¡Y aparte ponemos un paquete de pulenta, un paquete de fideos, un paquete de leche, un paquete de yerba un...un, un, un...¡todo para los pobres..., que somos nosotros!


¡Todo es una rueda! Esto si que...¡El mundo es redondo!
¡El mundo es una bola...el asunto es, estar en el pedacito ese, donde están los disfrutadores de las explotaciones colectivas. ¡Meta morfi y chupi a costiya nuestra!
Y nosotros, ¡meta pulenta y arroz y planes y más por menos y ropita usada!, ¡cha digo!, me estoy contagiando del discursear politico.


Ayer me invitaron unas vecinas,"-pa hacer un comedor-" -me dijeron. Y yo les pregunté, ¿y como es eso, doña? Y eya me contestó...", ¡y vamo a currar con mis hijos, con lo de eya, con lo suyo y algún otro que se prenda..." -Y, ¿de donde sacamos para cocinar?- -"y hacemo un guiso do o tré días, ponemo unos paquete de fideo y chaú, y despué, yamamo a la tele, y pedimo ayuda, ¡y nos yenan de mercadería!, ¡Como hace la Nely!"
-Si pero, hay que dar de comer todos los días.
-Y bueno diga, le damos de comer a lo purretes y de paso, mangueamo el morfi, y comer hay que comer!"


No me prendí, no es pá mí, prefiero seguir plantando lechuga y zapayitos... que no sé porque, los programadores de planes están empeñados en hacernos... lechurologos.
¿Será pá tenernos debiluchos, y asi, no tener fuerzas ni para ir a cobrar la asistencia?
Yo quería otro emprendimiento, hacer juguetes de madera, cajitas de madera para vinos, para cigarros o..."¡Nooo", me dijeron los del microemprendimien tos, "¡eso es para otros...!, ¡necesitás mucha plata...dejate de boludeces y andá a la huerta, que te damos las semiyas gratis!, y eso te dá de comer..."


 Entonces me dí cuenta que en el éxilio estás pintado. ¿Vio?, ¡hoy es 25 de mayo! ¡Es el cumpleaño de la patria!, pero, ¿a quien le importa?, ni una escarapelita...,y para mejor, ¡al himno lo tienen identificado con el drogadicto con bigote de dos colores!. Y otros, los tocan con música del pisaiola, y, los chicos, le han perdido el respeto. ¡Y los grandes tienen verguenza de cantarlo...apenas abren la boca y se ponen colorados! "¿pero vió don? ¡Meta aplauso y aplauso y aplauso al zurdo mayor de latinoa meríca, y...meta y meta y meta recordar al desertor, que se rajó, ¡como tantos otros...para no hacer la colimba. Y lo acribiyaron en bolivia...¡fusilado por guerriyero...que cosas ehh?, nuestra pobre azul y blanca, y nuestro himno, los han agarrau pal churrete! ,y claro, a los pobres nos quieren sumar a los pensadores desarraigado y resentidos. Y creen que somos todos del mismo palo, diga".
-claro-, pensé, sinó, pá muestra basta un botón-¡viva Perón, viva Perón!


 Bueno, ¡basta...¡basta y basta...!, ¡quiero tirar esta pobreza al baldió de la esquina, ¡alli donde todos van a tirar la basura!, pero, también ahora los vecinos se van reuniendo en asambleas... aúnque, no tienen muy en claro, de que se trata. Me han invitado a la plaza. Los manejadores de estas invitaciones...son instruídos en esas cosas del, escape social, -dicen- por lo tanto, tienen ese perfil politicoide. Pero, ¡ante todo, son muchachos del barrio, que quieren llegar al gran escenario! ¡No están con el Ché, ni con el Castro, ni con ...¡están cansados de ser esclavitos del sistema! Fuí a escuchar. ¡Más de lo mismo! Hay gesto que te indican lo que dijo Ingeniero, en la simulación en la lucha por la vida...se peronean, se peronean...


¡Son como las diez de la mañana... y ando corriendo, tapando las goteras...! ¡No es por que las chapas esten agujereadas!, ¡sinó, que...empieza a calentar el solcito y el techo comienza a llorar...! ¡Un drama! ¡Caé una gota...,¡donde menos uno lo espera! ¡No me salvo ni de una, cuando llueve!, y tengo que andar corriendo con los valdes para colocarlos en las goteras, por que, ¡salpican un montón!, y ahora que hay sol... ¡Ni en el baño podés estar tranquilo!, por que, ¡te caé una gota a traición...y te desconcentra!, pá mejor, yo me siento a leer.
Junto todos los diarios atrazados y leo todo lo que no escucho por radio.
Hoy es miércoles, ¡son las cuatro de la mañana!, ¡fria, friisima madrugada!¡Hace como diez minutos que estoy despierto! ¡Ya me despierto sin ningún tipo de llamador!, ¡lo tengo incorporado!, ¡es el miedo a descansar y...quedar dormido!
¡No me puedo quedar dormido!, ¡no!; sinó,¡mi mujer no llega a tiempo para tomar el colectivo, o el tren! O mis hijos llegarían tarde al colegio, porque, el colectivo no espera, ¡menos el tren!, entonces, ¡a mi, no me cabe hacer fiaca! Y empiezo a trabajar mi cuerpo. Me froto las pierna, el pecho, los brazos, ¡los pie con los pie!, y...me paso las palmas de las manos por la cabeza. ¡Me despejo!
¡Me corro para atráz el pensamiento pesado, el negativo!, ¡lo tiro para el piso! ¡Y me tiro de la cama!, me pongo los zapatos, ¡y listo!


Claro, lo cuento fácil, por que...,¡duermo vestido! Antes de acostarnos, ¡nos vestimos bien!, ¡bien abrigados...con campera y todo!, por que, las cobijas son poquitas...¡Y no tenemos perros ni gatos!, y el vientito silva por entre los agujeritos.


Prendo la garrafa. ¡Uff, menos mal, todavía hay gas!, hiervo una pavita con agua, ¡hay que hacerla hervir, por que sinó!, ¡nos tragamos los agentes contaminadores...vivos!
Digo, los agentes contaminadores, por que no sé como se llaman los bichitos que nos proveen las napas freáticas, las que contienen las agüas servidas...esas con caca. Entonces, escucho por radio, que, ¡hay que hervirla!, así, tomamos el agüita con los agentes-hervidos... Luego preparo el mate.
¡Mate dulce! Enchufo un calentadorcito eléctrico, pongo una chapita, y voy tostando el pan duro...¡si quedó!
Y de ahí, comienzo la mateada. ¡Ah, primero, me lavo los dientes...,por que tengo grabado a fuego, -eso- del olor...del aliento. -¡aah, cada que me acuerdo...¡de ese preciso momento! Y fué allá, en nuestra niñez, que cada mañana...,la señora que nos atendía, porque teniamos una señora que nos atendía y todo..., papá tenía platita, bueno, esa señora... ¡tan preocupada en atendernos bien, a mis hermanos y a mí, que, ¡cada vez que nos servía la leche o la sopa...para que no nos quememos, ¡soplaba y soplaba frente al plato, o a la taza. ¡Y tenía un aliento...! Y yo tomaba la sopa o la leche con un dragón apretándome la panza.
¡Por eso me lavo los dientes, ¡antes de decirles buenos días a mis nenes, o a mi mujer! O, ¡simplemente sonreir...!
Cebo mate y los voy despertando. Y la radio me pone al tanto de lo que pasa afuera. La hora, el tiempo, la temperatura, las cosas importantes, los aniversarios, los titulares de los diarios, los comentarios políticos, los paros, los piquetazos, ¡y todo lo que nos puede interesar al grupo! ¡Ah; ¡eso sí! ¡tengo que buscar un buen rato, por que...el corredor del dial, está lleno de esos que te sacan brujerías, y te hablan de gualichos y de amores raros y te hablan de sanacion y te invitan a orar y a tomar el vaso con agua. Te venden la tierra de israél, y, ¡todo en ese portuñol atravezado y entreverado!, ¡y si te descuidás, te mandan al cielo antes de comenzar la jornada!, pero, ninguno ha tirado la bronca por quitar a la virgencita de tribunales.


Bueno, bah, pero, ¡es una suerte tener radio! aunque...los trasmitidores son siempre los mismos...¡Desde añazos! No se van, como los politicos y los gremialistas, ¡siempre los mismos!, entonces, uno ya sabe lo que van a criticar y lo que van a defender, ¡se tienen que hacer la diaria los muchachos!
Yo, nada mas que los escucho por el timbre de voz, es decir, los pongo como si fuera una mùsica de fondo...y rescato lo que me interesa. ¡Y los diarios!, pero a los diarios, ¡el asunto...es comprarlo!
¡Y la radio te vá aceitando la imaginación, y cuentan las noticias de último momento!, por ejemplo, si hay paros de trenes, y si los colectivos no tienen las gomas pinchadas, y los cortes de ruta..., aunque, los piqueteros ya está divididos y van dejando a la intemperie la ambición y el ego, y el pescado se pudre por la cabeza, dijo el coronel.


Aquel general, él, que se volvería a morir de un patatú si supiera que el movimiento que lleva su nombre, está sumido en la diáspora, dicen los judío, atomización, dicen los viejos peronistas, libanización, dicen los alfonsinistas, dispersión... ¿Como dirían los gauchos? Dirían...se han desperdigau.


¡A las cinco y media ya están todos bien despiertos!, y comienza el duro camino en la vida cotidiana. ¡En pié y sin plata! Chapaleando pobreza.
Y ahí comienza mi trabajo de -¡sargento mayor!- ¡cubrite bien! ¡Abrigate más...! ¿Revisates la mochila?, ¿pusites esto?, ¿llevás aquello?, ¿tenés el gorro a mano?,¡ponete otro saco más abrigado!, ¡vamos,¡vamos, ¡tomen el matecocido bien caliente!, ¡vamos, ¡vamos...¡mirá que hace tres grados...hay vientito, o, ¡está por llover...!
Repito lo que dice la radio.¡Vamos, vamos, ¡ya son las seis menos veinte...! ¡vamos...!
¡Ya están en la vereda, y los veo partir! ¡Se van a poner el pecho a la vida!, y yo me quedo lamiendome las llagas. Impotente. Solo.


Hoy es sabado, con sol, ¡las calles llenas de chicos! Salen a jugar, con pelotas, bolitas, trompos, bicicletas, figuritas, intentos de baile, carreras, y manotazos van y vienen.
¡Música a todo volumen!, de las casa de al lado, de las de enfrente...¡y nosotros!, los varones, los hombres, vamos asomando, como los cucarachones.


 Miramos a los chicos. Luego un saludo, otro y otro y, después, ¡nos juntamos en la esquina!
Las diez...,las once de la mañana, hora de comentarios...¡de los trapitos al sol!
Bocas dulzonas, aguardentosas, mal dormidas, o, ¡cansadas de cama! Y comienzan a apilarse los cueros, ¡listos para la estaqueada!, pero, ¡más allá de los ñanga pichanga de las mujeres con los maridos, nos atrapó, la preocupación de mi vecino de al ladito.
El de la medianera compartida. "¡fijensen usteden...¡al más chico me le agarró el "esquiareti colins..."
-¡ah si...?, nos asombramos los escuchas.
-y si...la madre me dijo que pasaron por una de esa, de comidas rápidas que le yaman...
-¡ah diga- ¡y se comió una hamburguesa...
-asi parece...
Al hombre lo llamó su mujer, con una amabilidad de aquellas..."¡chee, vení a lavar la ropa aunquesea...¡En lugar de estar vagoneando con esos!"
Y apenitas se alcanzó a meter en la casa, un desocupado del pensamiento dijo:
-¿vieron...se quiere hacer -el rico- y que vá a los -makdonal...si los pibes lo único que conocen son "los chori de la estación...", ¡esos que hace el Tucu con los requechos de la quema!...¡ ¿de que esquiaretti colins me haabla...sshhh!?


Y juntó los dedos de la mano apiñandolos y mostrandolo a la audiencia. Con esto me sobró. Hemos entrado en la cuneta putrefácta.


Miércoles, ya no sé que hacer para bancarme el tiempo.-El tiempo- y para matar el tiempo me voy a la Estación del Ferocarril.
Allí, me sumo a Los Pirinchos. Los hombres se van acomodando, parados, uno al lado de otro, sobre algún palo tirado en el piso, o se acomodan en las vía, o, en el cordón de la plazoleta, en hilera.


El sol, a media mañana nos vá quitando el frio que se ha metido de a poco y, nos hace mover los pie, las piernas, como un intento de zapateo en camara lenta. Alli nos vamos juntamos los hombres, sin comentarios. Sin palabras. Mirando el piso, en busca del...macho aquel, que se rompía todo trabajando para mantener la casa.
El que llevaba el alimento. El que formaba de a poco la estructura para el futuro de la familia.
El que llegaba al atardecer, a la noche o, en el tiempo que le correspondía, y su mujer y sus hijos lo esperaban con el mate, el comentario del día, las camisas planchadas, la comida lista, la sonrisa, el abrazo de los niños, ¡y hasta el perro moviendo la cola!
Hoy, una mirada, una palabra, estan al borde de producir un choque.
Donde el hombre sale maltrecho, por que...hay intentos de conato.
Yo escucho. " en lugar de estar empoyando, ¡sali a buscar trabajo...!"
-"¡Si...¡Vos trabajás porque sos mina!"
Y si las palabras siguen, porai, siguen las piñas, por que, la mujer ya no se queda de brazos cruzados, tambièn se vá a las manos.
¿Quien lleva los pantalones? Ja.
-¡abrasevisto!- diría mi abuelita. Y se escuchan algunas otras cosas que hieren feo, con el reproche que produce el cansancio de ser..."la que mantiene la casa".
¡Y con esto, al hombre le han perdido el respeto! Y allí... Pirincheando, se cruzan estas cosa que parecen escritas en el suelo, y cada uno las lee, en ese cachito de tierra, del pastito que bordea los cordones, entre las piedritas que cubren los durmientes, o los rieles, ¡largos y finitos!
Alli van las miradas de los hombres que se estan diluyendo en aquellos tiempos de ser...el hombre de la casa.
Ahora, ¡ni se atreve a mirar el futuro!
¡Ha extraviado la dignidad entre los pliegues de la deuda externas, los muchachos que se llevan el toco y las tohallitas que absorven y esconden el intercambio que condiciona el trabajo con el sexo.


A veces, las traen en automóviles hasta el barrio sus compañeros preferido, el gerente, el dueño de la empresa, ¡ese que está a su lado durantes 10, 12, o 16 horas diarias!, y el marido se vá, o aguanta y lustra la cornamenta. ¡O se mama!


 Los otros días escuché a la vecina de enfrente, en una reunión que había en la junta vecinal, "y si te atropella nomás,¡vos no te pongas dura!, relajate, relajate, ¡total, es un ratito!, ¡y no vás a perder el laburo por eso!
Era una personal treining de la necesidad.
Y ¡a mi también me tocó el San Benito! Mi mujer ya me mira desde arriba, y ha murmurado, ¡ya estoy cansada de ser yo la que traé la comida, y nadie se mueve!
¡Eso es para mí! Ya está absorvida la escencia matrimonial entre las capas de la miseria, y..., el respeto se ha mesclado entre la putrefación de los pozos negros.


Hoy es jueves, ¡llueve, llueve y llueve!, el barro chirlito, ¡salpica hasta cuando pizás descuidada mente! Igual me voy a la calle. Necesito que la lluvia y el vientito me limpien la materia gris. ¡Necesito salir de la fabrica de pobres!, me ha enchastrado tanto el medio, que...,¡hastas las neuronas pensadoras se han teñido!
¡Llueve y hace frio!, mejor dicho, ¡llovizna como nieve! ¡Los pastitos están blancos!, es la escarcha, y la panza chifla.
No me queda otra que cruzar otra vez la alambrada con la púas filosas, y dejar los cachito de orgullo y dignidad. Y enfilo con todos los preámbulos a cuesta, el cuerpo achicharrado, y con las manos en los bolsillos.
Me cubro la cara con una bufanda, la naríz principal mente para respirar. Ya estoy en el lugar donde me voy resbalando despacito para la cola de los parias, los sin padrinos que les hagan abrir puertas.
La cola es para recibir -los alimentos-. Eso que el municipio les entrega a quienes no tienen nada, de nada, de nada. ¡Como yo ahora!
Y la secretaría de acción social, distribuye la -bolsa con alimentos- y entonces me dan un papelito donde dice mi condición y me ponen una etiqueta en el documento de identidad con un número. En ese momento pienso en los judíos.


-y...¡la saqué barata!- Murmuro. ¡Vá, pienso para adentro!, a ellos los marcaban y a la cámara de gas, ¡y a otra cosa! A mi me marcan el documento y a ellos en el brazo.
Pero igual, ¡me están marcando el alma!
Después de muchas preguntas, ¡las de siempre! Me entregan un paquete con fideos tirabuzón de 500 gramos, un paquete con harina de maiz conteniendo ¡un kilo!, un paquete de yerba mate, de 500 gramos y un paquete con azucar de un kilo. La persona que me lo entrega, lo empuja con repugnancia, se le nota en el rictus de las comisuras. Y me dice con voz enérgica, de persona con la panza llena, "podes venir el més que viene en esta fecha". Y salgo con el espiritu degradado, ¡y escarbandome las entrañas veinte gatos enojados!
Entonces, pienso en Cristo, aquél que multiplicó los peces y los panes, y lo quisiera tener a mano para que me explique, ¿como se hace?, ¡dame la formula!, le digo en secreto, por que mis hijos, ¡treinta días con esto...?, ¡y para colmo, ni una cajita con leche! ¡Me acordé de la leche! ¡Regresé sobre mi pudor y verguenza, puse mis visceras sobre el escritorio y pedí. ¿Me podría dar leche, tengo cuatro chicos?
¡No!, me dijo altanero la persona que me tomaba los datos.
¡No, ¡es para los chicos desnutridos! ¡Y miré para donde su amiga, se llevaba todo!


Viernes, el espiritu, el cuerpo y la sociedad, ¡miden fuerzas!, el espiritu se rebela, grita y se predispone a la pelea. El cuerpo, se encoje, se dobla y aguanta, y se yergue. La sociedad, ¡insaciable!, empuja, pide y obliga. Y Yo; me escabuyo por las rendijas de promesas y proyectos, que sustentan los días en busca de la solución, que, me permita regresar al tiempo y espacio que contuvo al ser humano que fui. Por que al pobre...se lo ha tragado, -el que me importa político de los dueños de las bancas y de otras funciones.
Y de la condiciòn humana, solo queda el caparazòn. Y de los que integran organismos y sociedades con chapas importantes, y nos han metido en esa enorme hoguera que consume a la condición social del que menos tiene, y de mis niños, y de los otros y otros y otros...que vamos formando la pila que engrosa el descarte social y humano. Y de paciencias, y de sueños y de cansancios, que hierve, hierve y hierve... cocinándose en el olvido.
Y...observo con tristeza al pobre que tiene trabajo, ese que paga el presupuesto, que se ha erigido en un soberbio rechazador.
Ese que menoscaba al otro pobre que viene chapaleando la miseria, y le pone el pié arriba, pizándole el aguante para que se caiga más abajo, ¡hasta el fondo de la condición social!
¡Que jodido es ser pobre!,¡y no hay vacuna para prevenir...! eso sí, ¡hay muchos programas de ayuda, de esos programas solidarios...pero, deben venir fayaditos, porque, ¡ninguno yega al caracú!, y la pobreza está en el tuetano de la corrupción inteligente, que corre silenciosa entre los güesos. ¡Que duro el exilio en la pobreza, diga...!


Confin.- folletin literario. Director. Juan Carlos Varela Garcìa
Email:confinadrogue@gmail.com
"cronica de un exilio"
autor.- Juanqui
Yo- Adrogué, 2002

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